Pie Diabètico

Pie Diabético infectado por cándida albicans

Pie Diabético infectado por cándida albicans


Las personas que sufren de diabetes están sujetas a sufrir diferentes tipos de infecciones bacterianas, unas de las más conocidas se denominan Infecciones fúngicas en las cuales el hongo responsable es el denominado Cándida albicans. Este hongo tipo levadura puede producir erupciones pruriginosas en forma de áreas húmedas, rojas, rodeadas de pequeñas vesículas y escamas. Estas infecciones suelen localizarse en los pliegues cálidos y húmedos de la piel como por ejemplo: alrededor de las uñas y entre los dedos de los pies.
Para que se produzca una infección bacteriana dermatológica en el pie diabético es preciso que exista una herida que ejerza como “puerta de entrada” o bien que el germen patógeno se difunda por vía hematógena a través del torrente sanguíneo aunque esta segunda circunstancia es bastante menos frecuente, en el primer caso la historia natural de la infección tenderá a difundirse por contigüidad a tejidos profundos siendo el exponente más virulento el asiento de la infección en tejido óseo desarrollándose un proceso de periostitis (infección de la cortical ósea) y posteriormente de osteomielitis (infección de periostio, cortical y médula ósea) .
En lo referente a las infecciones micóticas es significativo el hecho que las infecciones ocasionadas por dermatofitos tienen su asiento en la epidermis y más concretamente en los tejidos queratinizados (uñas, pelo y estrato córneo de la piel) debido a la imposibilidad de estos gérmenes a invadir tejidos u órganos más profundos.

En la infección del Pie Diabético producida por Cándida albicans, hongo dimorfo que existe en el hombre como saprofito o patógeno según las condiciones del huésped. Así, su patogenicidad aumenta a medida que el sistema inmunológico por alguna razón falle, y como es conocido en el diabético dicha alteración se encuentra presente.
Los hongos Cándida albicans aislados en las personas con pie diabético pueden ser también comensales de piel y mucosas. Su presencia no necesariamente significa un papel causal en la enfermedad pero un cierto papel patogénico es fuertemente sugerido por su elevada frecuencia entre los pacientes descritos.
En el caso del Pie Diabético, Cándida no puede proceder de otra área que no sea de la piel del paciente o incluso de las manos del médico que realiza las curas periódicas. Cuando se transforma en patógeno origina una secreción citrino amarillento, que retarda el proceso de cicatrización, en ocasiones se presentan manifestaciones sistémicas con aumento de la temperatura corporal que recuerda “crisis palúdicas” acompañado de sudoración profusa y escalofríos con signo-sintomatología de compromiso de otros órganos siendo retina y pulmón los más afectados.
El tratamiento para el pie diabético infectado por cándida albicans se basa en el empleo de antifúngicos específicos contra Candida albicans y otros hongos patógenos. Aunque en ocasiones se ve dificultado por la aparición de resistencia que son capaces de generar estos microorganismos a los antifúngicos de uso frecuente y por la relativamente alta toxicidad de los antifúngicos disponibles en el mercado.
Existen medicamentos que pueden emplear como alternativas viables para la cura de la infección por Cándida albicans entre los que podemos mencionar el Fluconazol, Itraconazol, los cuales se pueden administrar por vía oral, las dosis recomendadas son variables y dependen de la severidad de la infección.
Dentro de sus efectos secundarios o colaterales que puedan presentar estos medicamentos se describen: náuseas, Hepatitis, Anafilaxia, Trombocitopenia, Eosinofilia, Síndrome de Stevens-Johnson.
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